Pasado y presente se fusionan en una singular propuesta que realza la naturaleza icónica de la esquina de 21 y Williman. Una moderna torre vidriada de 15 pisos se eleva por detrás de la antigua construcción, respetando cada centímetro cuadrado de su fachada para conformar un todo armónico y funcional. La calidad proyectual, constructiva y tecnológica hablan de un emprendimiento de jerarquía. La construcción de principios de siglo pasado se reactiva como espacio comercial en el basamento de la torre. Las residencias se ubican a partir del segundo piso. En el punto más alto se ubica un salón divisible con increíbles vistas a la ciudad. Un preciado testimonio de la historia que se adapta a los requerimientos del presente. Un proyecto destinado a un público exigente que sabe valorar la diferencia.